30 de enero, día de la paz

Esta semana vamos tarde con los lunes poéticos, hemos comenzado el martes. Mañana se celebra el Día de la Paz. Por ello, el poema elegido para esta semana pertenece al poeta español Blas de Otero. Deseamos que os guste:

Labor

Paz para la pluma y para el aire.
Paz para el papel y para el fuego.
Paz para la palabra y para la tierra.
Paz para el pan y para el agua.
Paz para el amor y para la causa.
Paz para el pensamiento y para el camino.
Paz para la semilla y para el átomo.
Paz para la obra y para el hombre.

Blas de Otero (1916-1979)

El desayuno

El desayuno

Me gustas cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
«Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno».


Espero que os guste este poema de Luis Alberto de Cuenca, poeta y latinista de prestigio. Con él quiero contribuir a la poesía de los lunes aunque la incluya un martes. Cristina González.

* * *

BIENVENIDOS A LOS "LUNES LITERARIOS"

Vamos a disfrutar todos los lunes de la poesía de una forma cotidiana y cercana desde nuestro blog. ¡Ahí va el primer poema! Un trocito de Raúl Vacas, poeta salmantino, sacado de su obra Esto y ESO. (Está en la biblioteca del centro) 

100% ALGODÓN 

 Tiembla mi corazón cuando te nombro

 y siento de tu amor su peso neto, 

sueño cuando el abono del respeto germina 

y hace árbol nuestro asombro.

 Aquí tienes mis labios y mi hombro:

 oasis, salvavidas, parapeto.

 Atrás quedan las dudas, mi esqueleto, 

y alguna discusión que ya es escombro.

 Tuyo es mi amor sin envolver ni lazo 

tuya mi algarabía y mi lamento 

y tuyo el territorio de mi abrazo. 

 Camina junto a mí con paso lento,

 mirándome despacio, de mi brazo, 

busquemos la perdiz de nuestro cuento.

Gemma E.